23 Jun Los niños y los adolescentes en la Pandemia
Los niños y los adolescentes en la pandemia. Si para los adultos es difícil entender todo lo que está pasando, adaptarnos, cambiar nuestros horarios, quedarnos en casa, no ver a nuestros afectos, no ir a trabajar, no salir. Imagínense lo que es para un niño o para un adolescente. Ellos están creciendo, todavía están desarrollando las herramientas emocionales y psicológicas para entender y elaborar las cuestiones de la realidad.
Y en este caso, una realidad que puede llegar a ser traumática. Por un lado, escuchan y ven lo qué pasa en sus entornos, lo que le pasa a la mamá, lo que le pasa al papa, las noticias de la televisión. Por otro lado, está la realidad de que no van a la escuela. Tienen que adaptarse a estudiar con una computadora (muchos no tienen esa posibilidad) no ven a sus amigos, están solos en casa con una mamá y un papá angustiados en la mayoría de los casos. Sin la escuela como referente, sin comprender muy bien lo que está pasando, tratando de tener buenas notas y de entender lo que se les explica en las clases online.
Es realmente importante en estos momentos qué tanto las mamás como los papás puedan estar ahí para sus hijos. Estamos viviendo situaciones sin precedentes, parte del desafío es poder ayudar emocionalmente a los niños y adolescentes. En esta situación, el desafío es mayor aún para los papás de niños en educación especial. Estos chicos por lo general necesitan más directivas, más ayuda para entender temas de la escuela y más paciencia y dedicación. Se hace muy difícil para estos papás poder ayudar a sus hijos y a la vez cumplir con sus obligaciones laborales. Para muchos niños en educación especial poner la atención a una pantalla de computadora por largo tiempo es difícil y frustrante, por ello puede llegar a ser muy complicado para los maestros y papas alcanzar logros con la educación virtual.
Ante las circunstancias que estamos viviendo, cada papá, mamá cada niño, cada familia, hará lo que pueda dentro de sus posibilidades y de sus situaciones particulares. Hay que dejar las exigencias y trabajar con lo que hay y con lo que se puede. Muchos niños encuentran maneras informales de aprender. encuentran un tema que les gusta y lo desarrollan. Buscan información, miran programas informativos o documentales, a otros le interesa el arte o la tecnología.
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Los más chiquitos juegan y con su imaginación, le van poniendo palabras a lo que no se digiere, intentan tramitar algo de la realidad que los rodea. ¡Jugar no es perder el tiempo! Ante la situación que estamos viviendo, lo más importante es seguir motivando a los niños a aprender, abrir la puerta de la curiosidad porque en definitiva de lo que se trata, especialmente en una pandemia, no es la calificación que saquen, sino los recursos que puedan desarrollar, las técnicas que puedan aprender y de las emociones que puedan elaborar a partir de sostenerse de estas actividades que indirectamente los proyectan al futuro.
Por eso la función de los padres en época de pandemia es el poder sostener emocionalmente a los niños y a los adolescentes, así como también motivarlos para aprender. Y dije aprender no estudiar. Para muchos chicos el estudiar, el poder concentrarse en las cuestiones de la escuela se les complica ante la angustia y la incertidumbre que se vive social y familiarmente. Algunas maneras de ayudar a los niños en esta situación de pandemia es principalmente hacer contacto, tener comunicación, poder hablar de lo que está sucediendo.
Se puede sugerir hacer proyectos en familia, o pedirles ayuda en la casa en cuestiones de preparar alguna receta especial o ayudar a los papas en cuestiones del trabajo de la oficina o el taller. El hacer a los niños participar de la vida profesional de la mama o del papa promueve la cercanía con ellos. También, es fundamental que los niños tengan una rutina a seguir, que los padres estructuren el día de una manera productiva para el niño para evitar los excesos pulsionales. Los niños necesitan de predictibilidad y organización para aprender, prestar atención y mantenerse motivados. Si los niños no duermen bien o pasan mucho tiempo jugando en la computadora, no tendrán la atención o la iniciativa necesaria para hacer sus tareas o dedicarse a la escuela. Esto también es fundamental con los adolescentes, a quienes habrá que dejarlos organizar sus tiempos. Así, con los más grandes, los padres deberán saber cuándo intervenir, ayudar o poner límites.
A los adolescentes hay que permitirles el contacto con amigos, con el exterior y ahora que la ciudad de Nueva York está re-abriendo, ya pueden encontrarse con sus amigos explicándoles obviamente, la importancia de mantener la distancia social y ciertas cuestiones de higiene. Con los adolescentes, la comunicación también es importante. Escuchar las preguntas que puedan tener al respecto de la situación que estamos viviendo, así como también sus miedos y sus frustraciones. Los adolescentes, por lo general tienen una vida menos dependiente de los padres, más en contacto con el exterior de la familia, por lo tanto, hay que ayudarlos a que de alguna manera puedan continuar la relación con el exterior. A diferencia de los niños, que tal vez están más deseosos de estar en la casa con los padres, al llegar la adolescencia la necesidad de contacto con el afuera es parte de crear una separación con los padres que es sumamente necesaria e importante para el desarrollo de cualquier ser humano.
Espero este episodio les haya sido útil. Gracias por escuchar. Hasta dentro de dos semanas. La semana que viene estará este episodio en inglés. Hasta pronto.
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