Una pareja: dos familias – Los retos de las parejas recién casadas y cómo afrontarlos

Una pareja: dos familias – Los retos de las parejas recién casadas y cómo afrontarlos

La familia de origen puede, sin quererlo, desempeñar un papel determinante en la vida afectiva de una persona, creando obstáculos en el matrimonio o relación de pareja.

Una relación feliz vale como un buen par de cartas. Fuente: Bermicourt / CC BY-SA

Una relación de pareja no solo tiene lugar entre dos individuos: en ella puede participar también toda la familia sin que nadie depare en ellos. Existe en varios países hispanos parlantes un refrán utilizado para las bodas que dice, “no contraen matrimonio dos personas, sino dos familias.” Muchos individuos al oír dicha oración la subestiman sin pensarlo dos veces; pero lo cierto es, que ella describe con precisión una realidad que puede interferir gravemente en una relación.

 

Entre la dinámica familiar de origen y el matrimonio

Es bien sabido que el ser humano tiene costumbres y tradiciones que desea mantener inalterados, por lo que ante situaciones nuevas buscará, en la medida de lo posible, proteger su conocido estilo de vida. Cambios importantes como el matrimonio o vivir en pareja no se escapan de esa realidad humana. El matrimonio o la convivencia en pareja, trae una serie de cambios y retos significativos. En algunos casos, los miembros de la pareja podrían repetir la historia familiar o su posición en la dinámica familiar de origen en la nueva relación, pudiendo esto resultar en continuas discusiones o conflictos en la pareja. Esta situación se puede acarrear por años sin que los miembros de la pareja puedan identificar las causas de los problemas y su responsabilidad en estos conflictos o problemas de pareja.

Cualquier individuo lleva consigo su familia, y cada familia a su vez, por más pequeña que esta sea, posee un conjunto de tradiciones, formas de funcionar, creencias, rituales, e incluso hasta dolores y traumas, que están insertos profundamente dentro del tejido familiar, y todo esto juega un rol importante en la vida de esa persona.

 

Terapia: Reconocer y negociar

Un matrimonio o pareja con conflictos que no tenga la habilidad de darse cuenta que cada uno de sus integrantes está determinado por sus historias, su lugar en la familia de origen, la relación con sus padres y hermanos, y hasta sus elecciones, estará estancada sin posibilidad de éxito, y por consiguiente, no tendrá la oportunidad de crear una nueva y rica experiencia de pareja y familia.

El proceso para resolver esta situación de conflicto puede ser desafiante y laborioso; pero ayudará enormemente a los individuos como personas, pareja y familia. Centrándonos en el ámbito clínico, tenemos que el terapeuta, aparte de ser un guía, tiene que ser un acompañante de la pareja, apoyando que esta pueda armar y des-armar la historia de ambos para construir algo nuevo.

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El terapeuta debe ayudar a que los individuos de la pareja tomen consciencia de las cosas que entorpecen su relación, que en este caso sería repetir la historia familiar o la posición personal en esta dinámica, ignorando la situación actual. Por eso, la terapia de pareja se debe enfocar en que los pacientes reconozcan o se den cuenta de que ellos decidieron formar un nuevo hogar, y por lo tanto tienen que construir algo propio, algo distinto. Es importante que el terapeuta busque que los individuos también definan sus límites; es decir, que los miembros de la relación sepan crear y respetar los espacios de pareja y los personales.

El construir una relación de pareja no implica abandonar el pasado, la familia o las raíces que uno carga, sino posicionarse en un lugar distinto ante esa historia determinante, o dinámica familiar. Reconocer la problemática y trabajar en ella, establece un rumbo y la posibilidad de negociaciones en la pareja. El terapeuta de familia o parejas debe incentivar y fomentar que los sujetos dialoguen, para que ellos mismos definan los aspectos que desean cambiar o mejorar, identificando los obstáculos y las posibles soluciones a los problemas mientras construyen lo nuevo y particular de la pareja.

Muchas veces en este tipo de situaciones de trasfondo familiar, no solo se trata a la pareja junta, valga la redundancia, sino que también puede ser menester que se complemente el trabajo de pareja con terapia individual para cada miembro por separado. Todo dependerá de las propias características del caso por caso.

 

En conclusión

Para finalizar, cuando la pareja forma un nuevo hogar no tiene por qué olvidarse o desentenderse de sus familias. La solución no es el desarraigado. Lo que se busca en cambio es que los miembros de la relación construyan una nueva familia, algo propio. Cada integrante de la pareja deberá constantemente des-armar y armar su historia personal a la vez que arma con su pareja una nueva trama. Es importante incluir terapia individual si fuera necesario.

Así, la familia de origen puede tomar otro lugar y otro valor para cada sujeto, permitiendo el crecimiento. Si la historia familiar, sus conflictos o traumas, o el posicionamiento subjetivo pueden verse con perspectiva, es decir con cierta distancia, creara también una nueva dimensión en la relación de pareja o matrimonio.

Gabriela R. Giuggioloni MA, LCSW-R

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